La burocracia
Eduardo
Galeano ( El libro de los abrazos)
Sixto Martínez
cumplió el servicio militar en un cuartel de Sevilla.
En medio del
patio de ese cuartel, había un banquito. Junto al banquito, un soldado hacía
guardia. Nadie sabía porqué se hacía la guardia del banquito. La guardia se
hacía porque se hacía, noche y día, todas las noches, todos los días, y de
generación en generación los oficiales transmitían la orden y los soldados
obedecían. Nadie nunca dudó, nadie nunca preguntó. Si así se había hecho, por
algo sería.
Y así siguió
siendo hasta que alguien, no sé que general o coronel, quiso conocer la orden
original. Hubo que revolver a fondo los archivos. Y después de mucho hurgar, se
supo. Hacía treinta y un años, dos meses y cuatro días, un oficial había
mandado montar guardia junto al banquito, que estaba recién pintado, para que a
nadie se le ocurriera sentarse sobre pintura fresca.
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